LOS TERREMOTOS
Los terremotos o seísmos son temblores o sacudidas internas que provocan grietas y deslizamientos de tierra en la corteza terrestre. Se deben a los movimientos de placas que crean enormes tensiones entre los estratos rocosos. Estas tensiones deforman las rocas que se van cargando lentamente como muelles gigantescos. A partir de un cierto límite los muelles saltan: las rocas se mueven para encontrar un nuevo equilibrio. Pero el brusco movimiento libera la energía acumulada y surgen las ondas sísmicas.
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El punto en el cual comienza la rotura y el desplazamiento de bloques rocosos y desde el cual se libera la energía del terremoto, se llama hipocentro. También encontramos el epicentro de un terremoto que es el punto de la superficie que se encuentra en la vertical del hipocentro. Además, la energía de un terremoto se propaga en todas las direcciones en forma de ondas que viajan a velocidades de varios kilómetros por segundo (En todo el planeta se producen cerca de 3.000 terremotos al día: uno cada 30 segundos)
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La fuerza de las sacudidas de un terremoto se denomina magnitud y se mide con un sismógrafo (“seismos” = sacudida; “graph” = escribir). Hay dos escalas para medir los terremotos: la escala de Mercalli (que evalúa la fuerza de los terremotos por los daños causados a las obras humanas) y la escala de Richter (que mide la energía liberada).
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Cuando los terremotos se producen en el fondo de los océanos se denominan maremotos o tsunamis (“tsu” = puerto; “nami” = ola). Una vez creado, un tsunami recuerda las ondulaciones formadas cuando se lanza una piedra a un estanque. Al contrario que estas últimas, el tsunami avanza a través del océano a velocidades asombrosas de 500 a 950 kilómetros por hora. Pese a esta notable característica, un tsunami puede pasar desapercibido en mar abierto porque su altura suele ser inferior a un metro y la distancia entre las crestas de las olas grandes oscilar entre 100 y 700 kilómetros. Sin embargo, después de entrar en las aguas costeras menos profundas, estas olas destructivas se ralentizan y el agua empieza a apilarse hasta alturas que a veces superan los 30 metros. A medida que la cresta de un tsunami se acerca a la costa, surge como una elevación rápida del nivel del mar con una superficie turbulenta y caótica. Normalmente la primera advertencia de aproximación de un tsunami es una retirara relativamente rápida de agua de las playas. Después de 5 a 30 minutos después surge una oleada capaz de extenderse centenares de metros tierra adentro.
Dibujo ilustrativo de un tsunami
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Accede a la siguiente página web del CNICE pinchando en el enlace. Lee atentamente la información sobre los volcanes y realiza los ejercicios que se indican:
http://recursos.cnice.mec.es/biosfera/alumno/2ESO/tierrin/contenidos8.htm
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